domingo, 5 de agosto de 2007

DE "TU MUNDO" A LA REALIDAD

El mundo en sí no es nada. Tu mente tiene que darle significado. Y lo que contemplas en él es la representación de tus deseos, de modo que puedas verlos y creer que son reales.

Tal vez pienses que no fuiste tú quien construyó este mundo, sino que viniste en contra de tu voluntad a lo que ya estaba hecho, un mundo que no estaba precisamente esperando a que tus pensamientos le confiriesen significado. Pero la verdad es que encontraste exactamente lo que andabas buscando cuando viniste.

No hay ningún mundo aparte de lo que deseas, y en eso radica, en última instancia tu liberación. Cambia de mentalidad con respecto a lo que quieres ver, y el mundo cambiará a su vez. Las ideas no abandonan su fuente.

UCDM


El universo físico no es otra cosa que el Yo que gira sobre Sí Mismo para conocerse a Sí mismo en forma de espíritu, mente y materia física.

DEEPAK CHOPRA













Tienes, como en todo, que elegir. ¿De qué forma quieres percibir al mundo?:

. A través de tus propias ilusiones de separación.
. A través del Amor.

Estas dos percepciones son totalmente diferentes, contradictorias y opuestas. Sólo puedes elegir percibir una y, entonces, dejas a la otra sin significado.

Si eliges ver el mundo desde tus ilusiones de separación, crees que vives en un mundo de odio, preparado para vengarse, y te resulta increíble la idea de un mundo de paz y luz que resplandece a través de ti.

Sin embargo, un mundo de odio es también inconcebible para quienes sienten dentro de sí el Amor, porque sólo contemplan un mundo inocente, lleno de esperanza y bendito.

Eres libre de elegir la forma de percibir el mundo que quieres, que deseas sentir en tu interior. Si el odio te habita verás un mundo temible, amenazado constantemente por la muerte. Pero si en tu corazón sientes Amor verás un mundo de felicidad y de esperanza. Pero aunque elijas la opción más difícil y más increíble, que es la elección de tu separación y la de tus ilusiones, ten en cuenta que siempre puedes alcanzar la libertad de tu ser analizando la fuente de tus pensamientos.

Este análisis te puede llevar al cambio de mentalidad que hace posible para ti el ahora, que te libera del pasado, que había tomado la forma de tus pensamientos, y que te libera del futuro. Así estableces como único tiempo al presente.

Para estar en el presente, el eterno ahora, has de comprender que eso que te parece el mundo exterior no existe. Recuerda que el universo sólo es en ti y que más allá de tu entendimiento está la nada perfecta que es el origen de la Creación.

El origen de todos los problemas del mundo está en ti, está en esa sensación interior que te hace creer que eres vida separada de la energía universal. Esta es la grave enfermedad que azota al mundo:

. Que te crees indigno del Amor.
. Que no te crees con capacidad para dar o recibir el amor.
. Que crees que hay un muro dentro de ti que te separa de ti mismo.
. Que te crees separado de las demás personas.


TU MUNDO IMAGINADO

El mundo que ves es un reflejo de tus pensamientos, de tus deseos, de tus emociones, es un espejo donde puedes ver todo lo que contiene tu sistema de pensamiento.

El proceso empieza cuando miras en tu interior y decides qué clase de mundo quieres ver. Luego, seleccionas de toda la información que te llega del mundo aquello que ya elegiste, para concluir creyendo que esa es la realidad.

Te vales, entonces, de esto, de lo que ya has elegido, para justificar tus propios errores, para seguir creyéndote que la ira es tuya junto con tu agresividad y tu falta de Amor. Y por esto, por esto mismo, es por lo que ves un mundo lleno de maldad y de destrucción.

Así, todo lo que tú ves sólo es real para ti. Pero tú sabes que este mundo en que te parece que vives no es tuyo, en el fondo tienes algo que te dice que este mundo no es tu hogar. Y te sientes extraño aquí.

Esta sensación, aunque la sientes de una forma inconcreta, siempre la tienes contigo, sabes muy claro que, quieras o no, constantemente la tienes ahí. Por eso caminas a la deriva en una búsqueda interminable tras algo que nunca encuentras y que, además, no sabes qué es.

A veces, para relajarte de esta tensión subterránea y cotidiana te evades en juegos y pasatiempos como los deportes espectáculo, el alcohol, las drogas o la televisión y, por un instante te tragas tus propias lágrimas y niegas tu desasosiego.

Todo esto es tu propio orgullo, no eres tú. Es tu orgullo quien te hace ver que estás separado de todo lo que te rodea y quien te hace creer que todos las demás personas son insensibles a lo que tú piensas.

De esta forma, tú estás viendo el mundo de una manera que no te conviene, porque te marcas unos objetivos con los que, en realidad, no te puedes identificar porque no coinciden con lo que tú eres.

Así, no entiendes el propósito de la vida y, por tanto, no haces un uso adecuado de ella. Tus objetivos ahora sólo tienen que ver con lo que llamas tus intereses personales y puesto que en realidad nunca puedes tener ese tipo de intereses, esos objetivos que te marcas son nada, no existen.

Renuncia al interés que tienes por las cosas y por las personas. Reconoce que no tiene ningún sentido que le asignes papeles a lo que te rodea porque cada cosa, cada animal o cada persona, no están ahí en función del interés que tú tengas por ello sino que todo tiene su función propia.

Reconoce esto y verás desaparecer el miedo y la violencia del mundo porque lo liberarás de la función que tú le asignas en tu imaginación cuando cambias tus pensamientos que le daban esa apariencia.

Tú te inventaste ese mundo para ocultarte a ti mismo tu verdadera función, y para sentir justificación por ese olvido: Tu verdadera función en el mundo es el perdón, reconocer que en cada ser sólo hay perfección.

Aprende a perdonar. No perdonas porque eres “bueno” sino porque entiendes que lo que ves no es real. Cuando distorsionas el mundo dándole la función de lo que te parece que son tus intereses personales estás viendo lo que no está ahí.

A medida que aprendes a reconocer estos propios errores de percepción, aprendes a pasarlos por alto, a no verlos, y al mismo tiempo te perdonas a ti mismo por haberte negado la realidad. En La Biblia este nuevo, y siempre eterno reconocimiento del mundo, se describe así:

Pues si con Cristo estáis muertos a los elementos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os dejáis imponer ordenanzas? (Colosenses 2,20)

Y en Un Curso de Milagros, a esta percepción renovada del mundo se le llama conocimiento:

El ego construyó el mundo tal como lo percibe, pero el Espíritu Santo –el reintérprete de lo que el ego construyó- ve el mundo como un recurso de enseñanza para llevarte a tu hogar. (UCDM. Cap. 5-III,11)



EL FIN DE “TU” MUNDO

El desapego material, como vía de inicio al conocimiento, también está expresado en El Corán (3,12/14):

El amor a las pasiones, tales como las mujeres, los hijos, quintales atesorados de oro y plata, caballos de raza, animales domésticos y tierra de labor, se ha hecho hermoso para los hombres. Eso es el goce de la vida mundanal, pero junto a Dios está la hermosura del retorno.

Esta es la nueva manera en que vives en este mundo: Una manera que no es de este mundo. Y se te nota, se nota en tu cara y en tus expresiones, porque:

. Sonríes a menudo.
. Tus ojos hablan de paz.

Has podido abandonar aquel mundo completamente loco y lleno de dolor, porque así lo has decidido. Para ello, no te ha hecho falta la muerte sino que lo has conseguido mediante un cambio de parecer respecto al propósito que le asignabas al mundo.

Cuando has creído que el mundo tenía valor para ti, así era. Pero si contemplas al mundo con la nueva visión de no querer nada de él, de no desear nada ni poseer nada, y sin ninguna meta por alcanzar, tus ilusiones se alejan de ti y contemplas cara a cara la realidad.

El mundo únicamente cambia gracias a ti, no hay ninguna otra manera. Y no lo haces porque algo te empuje a ello, sino porque has llegado al convencimiento del Amor. Y por ese convencimiento, a pesar de todo lo que te pueda parecer en contra, tratas a todas las personas que encuentras con ese Amor único
. Todos reaccionarán ante tu actitud:

. Si la persona tiene tu misma visión, te reconocerá como semejante.
. Si la persona aún no ha encontrado el camino hacia su Ser, también te reconocerá y creerá que aún eres como él, sin saber que ya cambiaste.

Como todos se identifican contigo, te hacen suyo, te conviertes en el medio necesario a la energía universal para extender la perfección en el mundo.

Este es el camino del Amor. Y como lo andas siendo Uno con todos los seres, te conviertes en la ayuda que necesitan para reconocer en ellos mismos la realidad y, además, de esta forma, te refuerzas y te afianzas a ti mismo en tu visión de la realidad. Así, extiendes la perfección, porque:

. No hablas a nadie de ilusiones.
. No enseñas ilusiones a los ojos de nadie.

A medida que la realidad se hace fuerte en ti, guías a las demás personas por la senda de la felicidad, lejos de la muerte, para que puedan comprender que el sufrimiento que creían ser era pura ilusión. Necesitan tu guía para no seguir confundiendo a las ilusiones con la verdad.

Todos juntos, cambiáis al mundo porque estáis de acuerdo en la paz. Vuestro empeño se hace tan fuerte que vuestra voluntad se funde con la voluntad del Amor y os fundís en la verdad.

Así, el mundo se desvanece hasta desaparecer por completo y veis otro mundo, en un profundo entendimiento más allá del pensamiento y de las palabras.


EL MUNDO REAL

Cuando te parecía real el mundo que inventaste desde tu separación, negabas la verdad que ahora ves más allá de él. Tu dolor te ocultaba la perfecta felicidad que te pertenece. Y te privabas de lo que te pertenece por tu propia elección de no verlo. Pero ya sabes que el Amor, la energía creadora, es el origen de tu vida y que:

. Nunca te ha abandonado y que nunca te abandonará.
. Nunca has estado separado de él.

Por lo que, ahora, eliges la vía del conocimiento y el Amor para tu desarrollo porque tu pensamiento es una parte del pensamiento divino. Esta es tu alegría, tu seguridad y tu paz.

Pide el cielo porque te pertenece. Esto es lo que buscabas sin saber qué hacías ni adónde ibas. Ya tienes en tu mente la semilla sanadora que va a cambiar tu sistema de pensamiento a través de brotar en la mente de los demás.

Esta es tu función: Tú que fabricaste un mundo de ilusiones has de contemplarlo con los ojos de la perfección de manera que aquello que concebiste para el dolor y la muerte sea restituido a la vida eterna del Amor.

Así es el mundo de la inocencia, un mundo que todo bendice y te mantiene a salvo porque tú eres la luz que ilumina.

El grupo pop El último de la fila describió este proceso, que va desde el dolor al reconocimiento del Amor, en la siguiente estrofa de una de sus canciones:

Mucho tiempo sombra fui,
en mí mismo me perdí;
de ti aprendí a ser la mano que da sin recibir,
generosa y leal.

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