domingo, 5 de agosto de 2007

LA UNIDAD

Mi corazón se ha hecho capaz de asumir todas las formas: monasterio para el monje, templo de los ídolos, parque de las gacelas, la Ka’aba del peregrino, las tablas de la Torá, y el libro del Corán.

El Amor es mi credo, donde quiera que vayan sus caravanas, Él sigue siendo mi religión y mi fe.

IBN ARABÍ


Ser uno con todo, ésa es la vida de la divinidad, ése es el cielo del hombre.

Ser uno con todo lo viviente, volver, en un feliz olvido de sí mismo, al lado de la naturaleza.

HÖLDERLIN


Con el tú de mi canción
no te aludo, compañero,
ese tú soy yo.

ANTONIO MACHADO


Debería quedar plasmado en la mente de cada individuo que forma parte de la totalidad del Universo y que su relación con él es la de una célula con el cuerpo entero.

MAHARISHI MAHES YOGUI


La protección del entorno está íntimamente ligada a la cuestión de la felicidad. Cuando hemos tomado conciencia de nuestra inseparable unión con el resto de los hombres, se nos vuelve fácilmente comprensible la relación de la humanidad con el entorno, con todo lo que existe.

JACQUES-IVES COUSTEAU











No estás solo. Estabas solo cuando huías de ti mismo pero ahora que buscas en ti, nunca estás solo.

Abre tus brazos y abre tu corazón porque dentro de ti tiene cabida toda la humanidad. No te desvincules, formas parte de ella y no te es posible ir por otro camino distinto, porque todos, sin excepción, andamos juntos, en cadena, y todos vamos por el mismo camino.

Pon toda tu fuerza interior para andar los pasos que te llevan a la Luz, pues en ella puedes ver que toda la humanidad te acompaña. Y entenderás que todos somos todos y que nosotros somos las fuerzas que nos rodean. No pongas, pues, barreras en las relaciones; más bien quita fronteras, quita de ti todo lo que te impide acercarte a los demás.

Por esto es muy importante que pongas orden en tu mente y empieces a distinguir y a comprender:

. ¿Por qué haces las cosas?
. ¿Cuáles son las razones por las que tomas tus decisiones?
. ¿Por qué tienes ideas repetitivas?

Sólo compartiendo tus inquietudes, tus ideas y tus pensamientos, puedes identificarte con los demás. No puedes pretender que nadie te acepte o te rechace en función de tus manifestaciones externas. Los demás deben saber la razón interna de por qué haces las cosas.

Y tú has de dar la paz que te llega del olvido de ti mismo y la conciencia de ser parte de todo lo que te rodea. Así, todos estamos de acuerdo en extender el Amor incondicional hacia todo, ya que nada está separado y todos compartimos el propósito del universo.

Para esto es primordial que tú estés en armonía y en paz con todos los seres de la creación, para que unifiques todas las energías y las potencies al máximo:

. Te aceptas a ti mismo.
. Entiendes tu propia realidad.
. Te comprometes con tu vida.
. Tienes a la paz como base de la existencia.
. Extiendes la paz entre los demás.
. Acepta a los demás y les amas.


ELIGE LO QUE HAS DE ELEGIR

Tú estás preparado para desarrollar una vida consciente en el Amor. Tu experiencia te enseña que la unión produce felicidad, por lo que resulta imprescindible que encuentres a otros seres humanos que vibran en la misma sintonía que tú para uniros en vuestra filosofía de vida, para intercambiar vuestras experiencias con el fin de avanzar en el conocimiento y para acceder a planos más elevados de conciencia.

El verdadero estado de las cosas es una totalidad indivisible y, para entender esto, nuestro mundo necesita espíritu universal, integración y armonía entre todos los seres para disfrutar de las pacíficas bellezas del universo.

Así, cuando dos mentes perciben su unidad se funden en una dicha común que llama a todas las demás mentes a que gocen con ellas. Y como esa voz que te llama a la realidad es aún débil en ti, tienes que compartirla para hacerla fuerte, hasta que tú y tus semejantes la oigáis de forma tan clara que no os quepa duda de que es el Amor quien os llama y a quien seguís.

Todos los seres estamos ligados a una larguísima cadena que nos enlaza a todos los seres que nos precedieron y que va desde nosotros a las primeras células acuáticas de los orígenes de la vida, pasando por todos los animales y todas las plantas.

No lo olvides. No eres un ser aislado que puedas ignorar la tanta vida que hay sobre la Tierra ni tampoco puedes prescindir del ritmo vital que esa vida impone aquí.

Sé dócil a la vida, equilibra tu ánimo en la serenidad y armonía interior para que tu vida esté en armonía con la vida de todos los seres y con la energía que todo lo transciende. Por esto, si uno de tus semejantes te pide ayuda, dale todo lo que puedas y necesite, pero, por esto, no te retrases en el camino ni permitas que se retrase esa persona. Más bien, conduce vuestro encuentro a un progreso mutuo.

Pero entenderás todo esto, con una amplia sonrisa interior, cuando tu unidad se te revele, cuando tu integración con la vida sea clara para ti. En Un Curso de Milagros se dice:

No hay necesidad de clarificar más lo que nadie en el mundo puede entender. Cuando la revelación de tu unidad tenga lugar, lo sabrás y lo comprenderás plenamente. Pero ahora es mucho lo que aún nos queda por hacer, pues aquellos que se encuentran en el tiempo pueden hablar de cosas que están más allá de él, y escuchar palabras que explican que lo que ha de venir ha pasado ya.

Mas ¿qué significado pueden tener dichas palabras para los que todavía se rigen por el reloj, y se levantan, trabajan y se van a dormir de acuerdo con él?. (UCDM. Lecc.169,10-2)



LA UNIDAD

Hay un fondo común en todas las tradiciones religiosas que es el mismo que tú encuentras dentro de ti, en tu voz interior. Es lo que se ha llamado la experiencia mística. Es un lugar de convergencia en los principios básicos, que supera los elementos diferenciadores en cada religión.
Este lugar común es la divina esencia que germina en el interior de cada persona y esos elementos religiosos que parecen diferenciar a los hombres sólo son aspectos distintos de la cultura humana sobre la tierra, diferentes modos de relacionarse con el entorno, según el clima, la situación geográfica, la historia humana, etc.

Todas las razas y todas las culturas de seres humanos que habitamos en la tierra han sido guiadas por la misma Luz, en una misma Energía que nos ha creado a todos a Su Semejanza.

Esta situación crea una unidad entre lo esencial de todas las personas, que sin negar los aspectos culturales o religiosos de los grupos humanos, va mucho más allá de ellos, e incluso, cohesiona a personas que no pertenecen a ninguna religión.

Así, tenemos que la llamada es universal y está constantemente viva, a cada momento, en todas partes. Todos la oímos y todos respondemos a ella. Esto se especifica en El Corán (14,4):

No hemos mandado a ningún enviado sin que hablase la lengua de sus gentes, con el fin de que las instruyese.

De esta manera, los enviados son muchos pues así lo necesitamos los humanos para respetar nuestra aparente diversidad. Pero todos los enviados están unidos en un solo propósito, por lo que nunca puede haber separación entre ellos, aunque se nos presenten de variadas formas, ya que sus mentes son Una y porque todos coinciden en aceptar la misericordia divina.

Por esto, todos los seres vivos estamos conectados entre sí, porque estamos unidos en la experiencia individual del conocimiento de nuestro Creador. Al igual que podíamos leer en El Corán, se dice en Un Curso de Milagros (Manual 23-7,2):

¿Puede haber otros maestros que señalen el camino a aquellos que hablan lenguas distintas y recurren a símbolos diferentes? Por supuesto que sí. ¿Dejaría Dios a uno sólo de Sus Hijos sin una ayuda muy real en tiempos de tribulación, sin un salvador que lo representase?. Aún así, necesitamos un programa de estudios polifacético, no porque el contenido sea diferente, sino porque los símbolos tienen que modificarse y cambiar para poder ajustarse a las diferentes necesidades.

Pero veamos cómo coinciden también dos opiniones distintas, tanto en la cultura como en el tiempo, en el hecho de que los seres humanos somos iguales cuando alcanzamos a extendernos más allá de nuestras ilusiones sobre nosotros mismos.

El primer texto es del místico sufí Yalal al-Din Rumi, que vivió entre 1207 y 1273:

¿Qué puedo hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozco a mí mismo. No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán.

No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra ni del mar. No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios.

No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego. No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad.


No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia. No soy del reino de Irak, ni del país de Khorasan.

No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno. No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni Rizwan.

Mi lugar es el sinlugar, mi señal es la Sinseñal. No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.

He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno; Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo.

Él es el primero. Él es el último. Él es el exterior. Él es el interior. (Rumi, 1988:44)

El segundo texto es del pensador de nuestro siglo Tom McArthur:

Hay divisiones y discontinuidades en nuestro interior. Los místicos y filósofos las han señalado en términos conductistas desde hace siglos, ofreciendo curas para ellas.

El yoga es probablemente el ejemplo más poderoso de una serie de sistemas diversamente organizados para abordar esta masa heterogénea que hay dentro de nuestra cabeza e “integrarla”, y eso es en realidad lo que significa la palabra “yoga”: poner los arneses a todo para que funcione conjuntamente, mientras la personalidad aprende lentamente a transcender sus contradicciones internas. (McArthur, 1989:73)


Esta integración nos iguala al dar significado a la vida de cada hombre en relación a sí mismo. Porque cuando un hombre considera que nada le separa de los demás, ha llegado a un estado de comprensión en que comparte sus experiencias dándose a sí mismo porque ya entiende que todo procede de un mismo origen y que todo se dirige a una misma dirección.

Así, los hombres podemos tener caminos distintos para andar hasta la pura esencia y siempre estar en armonía, ya que todos los caminos convergen en un mismo punto.



TÚ, UNO, TODOS

Nuestro Creador no puede ser conocido más que por lo que experimentamos de Él, porque el hombre, la criatura, es Su lugar de manifestación.

Entonces, el Creador se puede manifestar en forma distinta a cada hombre pues en “cada alma toma una forma en función de la capacidad y el conocimiento de dicha alma”. Es decir, “se manifiesta en cada uno de nosotros en la forma de lo que ama”.

Cuando el hombre pierde esa unión íntima con su Creador igualmente sigue necesitándole. Y por ello o le niega vehementemente o hace dogma de la religión, como estructura social, según sigue diciendo Mehdi Flores:

Habiendo perdido el vínculo con su Señor propio, con la conciencia de Sí mismo, cada ego está expuesto a una hipertrofia, que degenera en imperialismo espiritual.

Con este imperialismo espiritual no se intenta que cada uno se una a su propio Señor, sino imponer a todos el mismo Señor.


Y continua Mehdi apostando por la unidad de todo lo vivo, de todos los hombres, de todas las religiones cuando dice:

Donde hay amor, hay luz y Dios es la luz de los cielos y de la Tierra, venga ésta por medio del musulmán, judío, del cristiano, del budista, del idólatra o del ateo.

Donde hay amor está Dios, está nuestro Dios. Donde no hay amor, ni justicia, ni verdad, hay kufr, tinieblas y error.

Tú eres la clamorosa llamada a no ser tú para ser todos.


Cada momento en que te entregas a los demás y cada momento en que estás tranquilo interiormente, eres Presencia.

Tú eres una palabra del idioma del Universo.

Tú eres parte imprescindible de lo Uno. Sin ti, sin tu aportación, la unidad de todos los seres humanos en la esencia no está completa.

Y todos te esperamos mientras te bendecimos.

Bendigo
el temblor de la hoja, la humedad del regato,
la libélula loca,
y el misterio infinito
del cielo en una noche apretada de estrellas. (Fernández Mota, 1997:58)

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