domingo, 5 de agosto de 2007

TU ACTITUD ES EL LUGAR DE LA CREACIÓN

Más allá de la Tierra, más allá del Infinito,
Intentaba ver el Cielo y el Infierno.
Y una voz solemne me dijo:
“El Cielo y el Infierno están en ti”.

OMAR KHAYYAM


Todo es limpio para los que miran las cosas con ojos limpios. Con la mirada serena, aprende uno a descubrir el lado bueno de las cosas, que todas lo tienen, y a distinguir lo esencial de lo accesorio.

Es la mejor actitud para descubrir la belleza de la vida y apreciar a las personas.

BERNABÉ TIERNO


Desde la base de un sano realismo hay que echarle valor y esfuerzo a nuestra cotidiana tarea de vivir. No vale eso de “es que yo soy así y, a estas alturas, no pretenderás que cambie”. Y seguimos atrincherados en una manera de ser, con unas actitudes deficientes, estériles y obtusas. Hay que plantarle cara a las dificultades, ‘coger el toro por los cuernos’, reconocer que necesitamos ir renovando, día a día, nuestras opciones concretas.

RAFAÉL SÁNCHEZ ÁLVAREZ












Una vez que tienes el hábito de calificar constantemente a tu mundo con la perfección eres consciente de que cada momento, cada aquí y ahora, es el lugar de la creación.

Entonces, ya sabes que cada uno de tus actos y de tus gestos constituyen una aportación al camino que tienes trazado para tu vida y, por tanto, te haces consciente de que tienes ese camino que recorrer.

Cada paso que das depende de la actitud con la que andas y, posiblemente, las siguientes líneas expresen la transformación progresiva de tu propia actitud:

1- A un nivel primario, crees ver error y reaccionas con más error. Así refuerzas el error en ti y en los demás.

2- En un segundo nivel, crees ver error pero reaccionas a través de la realidad que hay detrás de las apariencias.

3- Ves directamente la realidad de las cosas y de los seres: Ya la felicidad es tuya.


En el primer paso de este proceso, tú mismo amargas tu existencia porque acentúas una circunstancia de error añadiéndole más error aún. Así, te aprisionas a ti mismo en la trampa de las ilusiones, tal como se dice en El Corán (52,21):

Todo hombre, de lo que hace, es rehén.

A partir del segundo paso de este proceso empiezas a objetivar tu ego en tu actitud interior, por lo que creas un observador y una cosa observada. Y como para esto creas la distancia necesaria, tu ego se deshace porque ya no lo alimentas, ya no te identificas con él.

Ahora ya tienes la conciencia suficiente para preguntarte: “¿Cuánto tiempo hace que me engaño a mí mismo?”. Y es el momento de que seas crítico contigo mismo para que puedas seguir buscando lo cierto y reconocer lo erróneo para deshacerlo.

Tu propia valoración te llega en función de lo que tú mismo seas capaz de generar y no de lo que esperas que los demás hagan. Por esto, nunca supongas nada en nombre de nadie y acepta los acontecimientos tal como se te presenten. Tal vez no los puedas cambiar, pero sí puedes cambiar tu actitud hacia ellos, ya que no debes de olvidar que lo que haces no tiene ninguna importancia, sino que lo que importa para ti y para tu mundo es el modo que tienes de hacerlo.

Por tanto, no le des la espalda a los problemas que se te presenten porque al resolverlos aprendes las claves que te hacen evolucionar. No te dejes llevar por el miedo que te impide afrontarlos, pues el miedo está ahí porque es tu resistencia a tu evolución.

Anda con atención para que puedas corregir tus errores sobre la marcha, de forma natural. Recuerda que todo pensamiento amoroso es real y que todo lo demás es una petición de ayuda y de curación, adopte la forma que adopte.


ELIGE TU ACTITUD

Tu actitud ante los demás, ante la vida, pueda tomar dos formas generales:

1- Puedes ser una persona que tiene y estar dedicado a acumular bienes materiales, poder y riqueza.

2- Puedes ser una persona que da, que sirves a los demás.

Como siempre a ti te toca decidir. Pero si eliges servir a los demás, tu elección es la felicidad porque consideras prioritarias la cooperación y el interés mutuo, y esto sólo te puede llevar a la paz.

Tú has de elegir tu cambio y este cambio o comienza en ti mismo o es una pura apariencia. No empieces con un cambio en el exterior sino que tu elección es tu cambio interior.

La sinceridad para contigo mismo es una de las más hermosas exigencias que puedes imponerte si en verdad quieres avanzar en el conocimiento. El mundo mejora cuando tú mejoras, por lo que mejorarte a ti mismo significa cambiar el mundo.

Animas a todas las personas a que cambien en su corazón cuando tú cambias. Y esta es la revolución sin límites y sin palabras.


LA ACTITUD DE CAMBIO

Tus intentos de cambio frustrados son éxitos seguros, pues eso que te parecen fracasos en realidad son el entrenamiento necesario de tu mente para conseguir tu objetivo.

Este es el principio por el que logras desarrollar tus convicciones en la vida cotidiana, a través de tu forma de pensar, sentir y actuar. Y, así, llega un momento en que aquello que te parecía inalcanzable y a lo que nunca llegabas porque tropezabas siempre en la misma piedra, lo tienes a la mano fácilmente.

Has tenido fe en alcanzarlo y tus medios han sido humildes, pero lo logras. Tú no tienes que amoldarte a las condiciones sociales ni tienes que resignarte a ninguna cosa. Por el contrario, tu resignación no puede sino ser una ofensa a tu inteligencia y manifiesta pereza mental y física.

Logras tus avances en el conocimiento porque te preguntas en qué estás equivocado y no culpabilizas a nada ni nadie para engañarte y huir de las situaciones. Pero sí te esfuerzas en mantener una actitud de observación sobre ti mismo, que te permite:

- Conocerte tal como eres en verdad.
- Saber cuales son los procesos de tu pensamiento y tus motivaciones.

Así, tienes los medios correctos para lograr los fines y puedes entender que no tienes opiniones sobre los hechos porque tu opinión no es lo importante y sí lo es el hecho. Esto es lo mismo que sentir que no mantienes preguntas en tu mente porque así puedes entenderte con calma, con serenidad.



TU ACTITUD NUEVA

Tu actitud nueva se basa en que no te identifiques constantemente con tus actividades cotidianas. Desconecta regularmente para darle libertad a tu mente y que puedas percibir qué te dice tu propio interior.

Puede resultar adecuado que desarrolles un servicio desinteresado ante las necesidades de los demás, que centres tu mente y que reduzcas progresivamente tus deseos.

1. El servicio desinteresado.
Adiéstrate en dar servicios a los demás sin esperar ningún tipo de ganancia o beneficio para ti. Pero en tu generosidad, no te identifiques con la acción misma que realizas sino que considera que es un maravilloso medio para llegar a redescubrir tu verdadero Ser.

Con el servicio desinteresado desarrollas el desapego y pronto, a medida que avanzas en tu práctica, te resulta más fácil no creerte que eres tus actividades, por lo que tu mente se mantiene constantemente imperturbable, al estar centrada en tu proceso interior, en tu realidad.


2. Concentra tu mente.
Que te sitúes en el desapego no significa que eludas tus responsabilidades, pues una vida indolente nunca te conduce al camino de la luz sino al estancamiento mental.

Cuando comienzas un trabajo, termínalo. El secreto es que tu mente no fluctúe, que esté enfocada en todo momento. Abandona ya tu costumbre de tener varios proyectos al mismo tiempo.

La razón es que la mente nunca funciona pensando dos cosas a la vez. Tu mente sólo puede hacer una cosa a la vez y cuando consigues esta práctica estás concentrado. Así:

. Potencias tu capacidad de razonamiento.
. Clarificas las ideas con las que trabajas.
. Eres eficaz y rápido en tu trabajo.

3. Reduce tus deseos.
Cuando te dejas guiar por tus deseos físicos, poco a poco se intensifican y requieren, progresivamente, un disfrute cada vez mayor.

Esta actitud desarmoniza tu mente y la pone al servicio de tu cuerpo, por lo que te ocasiona el conflicto de que, aunque crees estar satisfecho, de vez en cuando, cíclicamente, observas en ti pensamientos que te aconsejan un cambio de actitud.

Reduce tus deseos y en la medida que lo consigues, pacificas tu mente para que pueda centrarse en mirar a tu interior. Para esto, puedes, y debes:

. Compartir tu vida con personas de tu misma actitud.
. No tomar estimulantes ni sedantes.
. Estar en silencio y evitar la televisión, radio y prensa.

Es necesario que cambies la actitud que le imprimes a tu energía hasta que te conviertas en un instrumento puro al servicio de esa energía, que es la que rige el universo. Empieza cambiando tu modo de pensar para que cambien tus valoraciones y tus hechos.

Cambia la intención de tus actos para que siempre, se dirijan a quien se dirijan, sean reflejo del Amor y para que en todo momento muestren a los demás tus pasos en el camino de tu evolución, de tal forma, que también ellos puedan caminar contigo hacia la realidad.

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